Teatro - Narraturgia - Ensayo - Poesía - Psicoanálisis

ISBN: 978-987-48136-9-5

Páginas. 120


En particular, quiero destacar tres aspectos de las páginas teatrales reunidas por Patricio Abadi en este libro: el espesor teatral de su escritura literaria, que la diferencia de otras dramaturgias y la vincula a una tradición performativa de la literatura dramática nacional; la invención del universo Carnevil, un bar que es en realidad toda una ciudad, una sociedad, un país; la riqueza constructiva, procedimental que da a las formas breves de sus monólogos. En

general, intento comprender cómo, a través de sus artificios poéticos “viles”, sin pretenciosidades, desde la bastardía de la carne del cuerpo, directa o indirectamente, Abadi refiere la maravillosa significación del acontecimiento teatral.

Abadi aporta a las letras teatrales de la Argentina un territorio singular de escritura liminal, que es a la vez novedad y tradición. Construye en un espacio fronterizo, de tensiones entre territorios, de pasajes y umbralidades entre literatura y teatro. Escribe literatura, desde los saberes literarios, pero lo hace con todos sus saberes teatrales, especialmente con los del actor y el director. Leyendo Matambre…, apreciando sus texturas, ratificamos la afirmación de

Mauricio Kartun, escuchada a Alberto Ure, quien a su vez la tomó de viejos cómicos nacionales: el teatro sabe. El teatro sabe cosas que la literatura desconoce. La literatura de Abadi sabe lo que el teatro sabe.

Los monólogos de Matambre… juegan con su condición liminal: podrían leerse como cuentos, pero cuentos anómalos que se fugan de la página, que piden encarnación, que reclaman cuerpo, escenario, convivio, palabra en voz alta, ensayo, zona de acontecimiento teatral. Ya están listos para llevar a escena y, seguramente, este libro contribuirá a multiplicar sus escenificaciones, en el espacio privado de los ejercicios en talleres y en el público de la

cartelera. Son cuentos que llevan “puesta” la puesta en escena, cuentos que en su campo de referencialidad, además de auto-referirse verbalmente (el lenguaje del lenguaje del lenguaje…), reenvían implícitamente a puestas en escena, potenciales o imaginadas. Poner en escena la palabra / poner en página la escena: en Matambre… Abadi pone en página acontecimientos teatrales, que a la vez sea leen como muy buena literatura. En términos más

técnicos (Lotman, 1996), compone una literatura heteroestructurada por la mixtura de los territorios del teatrar y literaturear, multiplicando así el campo de goce.


Fragmento del prólogo de Jorge Dubatti

YA NO PIENSO EN MATAMBRE NI LE TEMO AL VACÍO de Patricio Abadi. Monólogos

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ISBN: 978-987-48136-9-5

Páginas. 120


En particular, quiero destacar tres aspectos de las páginas teatrales reunidas por Patricio Abadi en este libro: el espesor teatral de su escritura literaria, que la diferencia de otras dramaturgias y la vincula a una tradición performativa de la literatura dramática nacional; la invención del universo Carnevil, un bar que es en realidad toda una ciudad, una sociedad, un país; la riqueza constructiva, procedimental que da a las formas breves de sus monólogos. En

general, intento comprender cómo, a través de sus artificios poéticos “viles”, sin pretenciosidades, desde la bastardía de la carne del cuerpo, directa o indirectamente, Abadi refiere la maravillosa significación del acontecimiento teatral.

Abadi aporta a las letras teatrales de la Argentina un territorio singular de escritura liminal, que es a la vez novedad y tradición. Construye en un espacio fronterizo, de tensiones entre territorios, de pasajes y umbralidades entre literatura y teatro. Escribe literatura, desde los saberes literarios, pero lo hace con todos sus saberes teatrales, especialmente con los del actor y el director. Leyendo Matambre…, apreciando sus texturas, ratificamos la afirmación de

Mauricio Kartun, escuchada a Alberto Ure, quien a su vez la tomó de viejos cómicos nacionales: el teatro sabe. El teatro sabe cosas que la literatura desconoce. La literatura de Abadi sabe lo que el teatro sabe.

Los monólogos de Matambre… juegan con su condición liminal: podrían leerse como cuentos, pero cuentos anómalos que se fugan de la página, que piden encarnación, que reclaman cuerpo, escenario, convivio, palabra en voz alta, ensayo, zona de acontecimiento teatral. Ya están listos para llevar a escena y, seguramente, este libro contribuirá a multiplicar sus escenificaciones, en el espacio privado de los ejercicios en talleres y en el público de la

cartelera. Son cuentos que llevan “puesta” la puesta en escena, cuentos que en su campo de referencialidad, además de auto-referirse verbalmente (el lenguaje del lenguaje del lenguaje…), reenvían implícitamente a puestas en escena, potenciales o imaginadas. Poner en escena la palabra / poner en página la escena: en Matambre… Abadi pone en página acontecimientos teatrales, que a la vez sea leen como muy buena literatura. En términos más

técnicos (Lotman, 1996), compone una literatura heteroestructurada por la mixtura de los territorios del teatrar y literaturear, multiplicando así el campo de goce.


Fragmento del prólogo de Jorge Dubatti

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